viernes, octubre 24, 2008

Triste récord: Texas ejecutará a diez condenados en treinta días

Un hombre de 29 años fue ejecutado el martes por la noche en Texas, en la primera de una serie de diez ejecuciones programadas para los próximos treinta días en el Estado norteamericano que rompe con todas las estadísticas en la estremecedora materia.

Joseph Ray Ries, condenado a muerte por el asesinato de un hombre de 64 años, fue ejecutado mediante inyección letal y declarado muerto a las 18,17 hora local informó el departamento de Justicia de Texas.

Ayer fue el turno de Bobby Woods; el 28 de octubre el de Eric Nenno; el 30 el de Gregory Wright; el 20 de noviembre de Robert Hudson.

La última cena, el último cigarrillo y el último encuentro con los familiares de los condenados a muerte adquieren en estas semanas una dinámica nunca vista antes, que se sucederá en la prisión de Huntsville, en Texas, donde está instalada la sala de ejecución por inyección letal más usada de Estados Unidos.

Entre quince y veinte condenados conocen sus fechas de ejecución, pero es acostumbrado que el cumplimiento se desarrolle a lo largo de varios meses. La administración penitenciaria de Texas tiene ejecuciones programadas hasta el 11 de marzo.

Esta serie de ejecuciones es "excepcional incluso para Texas", explicó a AFP Rick Halperin, presidente de la coalición texana contra la pena de muerte.

"Ya hemos conocido situaciones en las cuales varias ejecuciones fueron programadas en un mes, depende del juez" que presidió al jurado que sentenció y que fija la fecha de ejecución una vez que se agotan todos los recursos, declaró Jason Clark, funcionario de relaciones públicas de la administración penitenciaria.

"Algunos meses se programan numerosas ejecuciones, otros meses pocas o ninguna", como en diciembre, precisó Michelle Lyons, responsable de relaciones públicas penitenciarias.

Asesinato a sangre fría, violaciones y asesinatos de niños, muerte de un compañero de celda son algunas de las culpabilidades que se adjudican a los nueve condenados que deben morir en los próximos treinta días.

Se suman a los 417 ejecutados por Texas, desde el restablecimiento de la pena de muerte en este Estado del sur de Estados Unidos, en 1974. Todos los reos que morirán en los próximos treinta días, a excepción de uno, fueron condenados antes de 2001

Texas llevó adelante dos tercios de las ejecuciones en Estados Unidos en los últimos 30 años, y doce de las veintisiete de este año. Virginia, el segundo Estado estadounidense en cantidad de ejecuciones, acumula 102 muertes de este tipo desde 1975.

Para un militante contra la pena de muerte "es realmente muy frustrante, es un trabajo difícil pero es allí donde se sitúa la batalla", explicó Rick Halperin, estimando que "Texas es el peor lugar del mundo libre" para las ejecuciones.

Según él, los jueces están "muy contentos de liberarse de estas personas lo más rápido posible", lo que explica la acumulación de ejecuciones a fin de año, tras la moratoria que interrumpió todas las ejecuciones en el país entre setiembre de 2007 y mayo de 2008, mientras la Corte Suprema validaba el método de la inyección letal.

"Es una tradición histórica y sociológica matar personas en nombre de la ley" en Texas, estimó.

Los aproximadamente 375 condenados que esperan actualmente en los corredores de la muerte texanos pueden testimoniar que es más bien la ley criminal que prevalecía antes de 2001 la principal responsable de este caudal de habitantes del "corredor de la muerte".

lunes, octubre 20, 2008

Cárceles turcas "reducen" hacinamiento: presos duermen por turnos en las camas

Según un despacho de la agencia de noticias Europa Press, Turquía decidió imponer el sistema de que los presos duerman por turnos en las cuchetas carcelarias como toda respuesta al creciente hacinamiento que sufren las cárceles de ese país euroasiático.

Según cifras oficiales el número de reclusos alcanza a casi 90 mil, como efecto de un explosivo incremento de la cifra de crímenes y a pesar de que una amnistía general en el año 2000 dejó los penales prácticamente vacíos.

Si bien la cantidad de camas carcelarias se ha triplicado según se asegura oficialmente, las prisiones turcas y el personal no logra abastecer las necesidades de alojamiento, por lo que la Administración Penitenciaria no encontró mejor solución que el método de "dormir por turnos" en las cárceles estambulíes de Metris y Umraniye.

Ahora, dos internos disponen de una misma cama, que se van intercambiando cada ocho horas. Es la manera más fácil de que las celdas alojen más detenidos, mientras los pasillos han comenzado a ser utilizados como precarios lugares de detención.

Las consecuencias: muchos jueces, sabedores de los niveles críticos de sobrepoblación penal existente en los centros penitenciarios turcos, optan por fijar multas en vez de penas de cárcel, lo que redunda a su vez en que haya más criminales y delincuentes libres y la inseguridad ciudadana vaya en aumento.

Las autoridades turcas sostienen que el gravísimo problema quedará solucionado con un traslado masivo de reclusos en enero próximo, a la recientemente concluida cárcel de Silivri, en las afueras de Estambul, con una capacidad de 10.650 plazas carcelarias.