sábado, agosto 05, 2006

"Sindicato" de presos en Puerto Rico: la "ñeta"


Una novedosa forma de protección ante propios y extraños idearon los detenidos en cárceles de Puerto Rico a la que denominan “Ñeta” y que, según referentes del sistema penitenciario de ese país, consiste en una especie de “código de conducta” al que se ajustarían los presos para evitar abusos de integrantes de la propia población penal y de los guardias que los custodian.

“Ñeta, desde 1973, sirve básicamente para que el tiempo que pase presa una persona, lo haga sin que nadie abuse de él. Y mientras hace su cárcel, como suelen decir los detenidos, lo pase sin que sean violados sus derechos de confinado; es una organización de presos que los mismos encarcelados han preparado como una forma de defensa y no tiene el aval del Departamento de Justicia” puertorriqueño explica David Rivera Nazario, ex funcionario y especialista en temas carcelarios de su país.

Agrega el estudioso que “Ñeta es el término de una expresión negativa conocida en Puerto Rico como ´puñeta` -equivale a grito de rebeldía- y es una palabra vulgar conla que quieren expresar a la sociedad de afuera que, aún confinados, conocen sus derechos y los defienden aunque hayan perdido su libertad”.

Asegura Rivera Nazario que hasta la creación de la Ñeta “en la cárceles de Puerto Rico, cuando ingresaba un ´cara bonita`, ese confinado iba a servir involuntariamente de mujer a los presos poderosos física o dentro del funcionamiento del grupo. Además los otros presos le quitaban sus pertenencias, todo lo que llevaba encima y aquello que los familiares les proveían como jabón, toallas, etcétera” explicó el entrevistado, para sumarlos códigos de convivencia carcelaria de Puerto Rico a las duras premisas intramuros que se agitan dentro de los penales de demasiados países del mundo.

Detalla seguidamente Rivera Nazario que es “Carlos Irrizarri Iriarte, conocido como La Sombra, Carlos La Sombra, es el que observa que los abusos proliferaban en las prisiones puertorriqueñas tanto por parte de la población penal, como por el personal de custodia, y entonces crea algo así como un código de ética moral para el confinado” que pasaría a conocerse como “Ñeta”.

“Entre otras cosas ese código prohibía al confinado tener acercamiento sexual con aquellos que ingresaban a la cárcel y si el confinado mostraba señales de ser homosexual lo separaban y el sujeto tenía que ceñirse a las reglas impuestas por los mismos presos. Por ejemplo, el confinado homosexual debía buscar marido y pertenecer a un hombre de su misma preferencia sexual mientras permaneciera encarcelado”, detalla, con aristas asombrosas, Rivera Nazario.

Casi para la anécdota de lo carcelario el estudioso añadie que una vez establecida esta curiosa unión “había una boda, una celebración, un traje nupcial, bizcocho, luna de miel..., todas esas cosas de la subcultura de los presos, casi siempre con la participación indiferente de las autoridades de la institución carcelaria, puntualiza.

“El confinado trata de no violar el ´código de ética`, pero el que lo viola es llamado por los líderes de esta organización. Si la acusación no es grave, el castigo podía consistir en dejarlo sin comer; pero si el caso era grave, porque él había intentado someter a otro confinado o robar a un compañero, pues se lo lleva ante un tribunal compuesto por otros internos: uno hace de fiscal” señala Rivera Nazario, como para dejar perplejo a la mayoría de los conocedores de la vida carcelaria.

El especialista abunda al comentar que el funcionamiento de la “Ñeta” funciona en todos los establecimientos penales bajo jurisdicción de la Administración de Corrección de Puerto Rico y, por si fuera poco, esta forma de organización se extiende a las organizaciones juveniles de las calles” de Puerto Rico.

“Fuera de la institución, la gente se refiere a Ñeta como algo natural, aunque no se le dé la debida atención” remata sobre el tema.

Finalmente y ante la consulta periodística Rivera Nazario enumera que entre las doce cárceles puertorriqueñas, con dos de gestión privatizada, las más importantes son las de Río Piedras, Oso Blanco, la Cuchara de Ponce, la de Mayagüez y la cárcel federal de Boscana.

“Soy de opinión de que no se deben construir más gallineros, como los llamo. Aunque hay, de verdad, mucho que aprender de los confinados” concluyó el entrevistado por el periodista experto en temas criminales Wilfredo Mora, perteneciente al diario digital de Puerto Rico, en el sitio web www.diariodigitalrd.com.

lunes, julio 31, 2006

Kirchner: 55 millones para construcción de cárceles federales


El presidente, Néstor Kirchner, destinó al Ministerio de Justicia de la Nación por decreto 910 de este año, 55.100.161 pesos para la construcción y la ampliación de cárceles federales, según lo difundido por el Boletín Oficial.

Los fondos financiarían once proyectos incluidos en el más que demorado Programa de Infraestructura Penitenciaria 2004-2007 que prevé incrementar en 1.500 plazas la capacidad de alojamiento del Servicio Penitenciario Federal.

Una parte de este programa de construcciones derivó el año anterior en una investigación judicial por supuestas irregularidades en el proceso de licitación que, cuando no en el tema carcelario argentino, investigó posibles sobreprecios de hasta el 80% en el costo de las obras.

Ahora, dicen fuentes oficiales que se ha cambiado la metodología de la licitación para disipar eventuales dudas a través de un convenio de cooperación mutua entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a cargo de Alberto Iribarne, y el de Planificación Federal, que dirige Julio De Vido. Mientras el primero se encargará de fijar las características técnicas de los proyectos, el de Planificación conducirá el proceso licitatorio.

La idea es "poner en marcha el proceso final para comenzar con los llamados a licitación, en algunos casos para el concurso de proyectos y en otros para la ejecución de obras" se recitó oficialmente. Sin embargo, la misma fuente aclaró que no se espera "avanzar este año en tareas concretas" de la construcción de cárceles.

Si este cronograma funcionara tal cual ha sido presentado, las nuevas construcciones comenzarían el mismo año en que el Programa Federal de Construcciones Penitenciarias del que es originario tenía previsto finalizar con las obras que ahora inician el camino de la licitación.

En el caso del Centro Federal de Condenados de Luis Agote -vecino a Mercedes, Buenos Aires- por ejemplo, el proceso se lanzará con un llamado a concurso para definir la obra con un presupuesto adjudicado por el decreto aludido de 22.308.257 pesos para la primera etapa de su realización, así como también 7.672.000 pesos para los Centros Federales de Martín Güemes -Salta-, y 5.034.784 pesos para el Centro Federal del Litoral que se construirá en Coronda -Santa Fe-.

Estas costrucciones penitenciarias fueron las que investigó la justicia, por denuncia de posibles sobreprecios formulada por el diputado Adrián Pérez del ARI.

Creación
Por otra parte, por resolución 1125/06, el ministro de Justicia creó el Programa Nacional de Infraestructura Penitenciaria federal, destinada a entender en las construcciones y mantenimiento de las unidades del Servicio Penitenciario Federal.

Según la norma de creación el programa, que funcionará en el ámbito de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios de la misma cartera, se encargará de actualizar las necesidades carcelarias según la evolución de la población penal en sus distintos segmentos puntualizó la información oficial.

También asesorar a las provincias que lo soliciten en materia penitenciaria y elaborar las propuestas técnicas para la construcción, equipamiento y mantenimiento de la infraestructura carcelaria de la Nación, sobre la que ejercerá la función de inspección de obras e instalaciones.

El Programa Nacional de Infraestructura Penitenciaria será conducido por el arquitecto Néstor Magariños.

Este nuevo programa ámbito deriva de su anterior, el Programa Federal de Construcciones Penitenciarias, creado el 4 de diciembre de 2003 por el decreto 1183 a propuesta de la gestión del ex ministro Gustavo Béliz que lo presentó en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno en una ceremonia presidida por el presidente Kirchner.

En ese momento, la agenda oficial de construcciones fijó como final de plazo de la construcción de estos penales -incluidos en la primera etapa del proyecto- el 2007. Es decir, cuando en realidad comenzarán a construirse si se cumple lo últimamente anunciado.