jueves, abril 02, 2009

De la ONU: "cárceles uruguayas violan derechos humanos"

Las cárceles de Uruguay registran violaciones a los derechos humanos “a gran escala”, con condiciones “infrahumanas” de alojamiento que “son un insulto a la dignidad de los reclusos”, afirmó el viernes último el relator de la ONU Manfred Nowak.

Enviado especial sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes de Naciones Unidas así lo ponderó durante su testimonio a la prensa sobre los resultados de la visita de cinco días que realizó a varios penales, psiquiátricos y correccionales juveniles de Uruguay. “El pueblo de uruguayo, un país reconocido por su democracia y desarrollo social, no merece este sistema penitenciario”, dijo.

Según explicó Nowak, si bien en Uruguay existen pocas denuncias creíbles de torturas y existe una actitud positiva del gobierno para luchar contra la impunidad y prevenir los malos tratos, la situación de los presos en las cárceles se encuentra “entre las peores” de todo el mundo.

El relator de la ONU denunció que a los presos detenidos en la cárcel de Libertad, situado unos 60 kilómetros al norte de Montevideo, “se les trata peor que animales” y son encerrados en jaulas metálicas “superpobladas” casi 24 horas al día.

“Debido al acceso restringido de agua, los reclusos se ven forzados a tomar el agua del inodoro y a usar botellas de plástico o bolsas para hacer sus necesidades fisiológicas”, subrayó Nowak fuertemente contrariado.


En cuanto a tortura y malos tratos informó que ha recibido pocas denuncias de tortura en comisarías, sin embargo recibió otras muchas creíbles de malos tratos y uso excesivo de la fuerza en prisiones y centros de detención de adolescentes.

Entre ellas, quejas por la sobrepoblación en las cárceles, las condiciones de las visitas, coexistencia de presos procesados y condenados y especialmente en la falta de una política penal o penitenciaria integral.

Sus recomendaciones a las autoridades uruguayas tras la visita fueron:


Llevar a cabo una reforma del sistema penal judicial, con hincapié en la prevención del crimen y en la resocialización de los delincuentes, y no en medidas punitivas y en una política de encierro de presuntos criminales y condenados lejos de la sociedad.

Crear un Ministerio de Justicia, responsable del sistema penitenciario e incorporado a una reforma del sistema penal judicial y de la política penitenciaria nacional.

Incrementar el uso de medidas distintas a la encarcelación con el fin de reducir el hacinamiento en las prisiones.

Además, separar a los procesados de los condenados; limitar el plazo máximo de privación de libertad para los detenidos procesados; proveer a los reclusos las necesidades básicas, tales como agua y comida suficiente, tratamiento médico, más oportunidades laborales, educación y recreación.

Crear establecimientos adecuados para las reclusas que viven con sus hijos en las cárceles;K tipificar la tortura de acuerdo con la definición contenida en el artículo 1 de la Convención contra la Tortura; establecer un mecanismo de denuncias accesible y efectivo para víctimas de tortura y malos tratos.

Ampliar el mandato del Comisionado Parlamentario para el Sistema Penitenciario para que incluya todos los centros de privación de libertad y asegurar que este Mecanismo Nacional de Prevención se integre plenamente en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a crearse próximamente.
Foto: la cárcel uruguaya de Libertad, cuestionada por el veedor de la ONU.