jueves, octubre 02, 2008

Celulares en cárceles y secuestro virtual: España instala inhibidores telefónicos

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias de España instaló equipos que bloquean el uso de los teléfonos móviles en todo el perímetro de la cárcel de Valladolid.

Con la instalación de los inhibidores de frecuencia -radial y telefónica-, el Ministerio del Interior busca evitar el uso cada vez más extendido de estos teléfonos por los presos, a lo que las autoridades de esa cárcel mostraban impotencia para ponerle freno.

La instalación de estos equipos de interferencia en todas las cárceles de Castilla y León, difiere en el objetivo de contar con el mismo obstáculo a las comunicaciones en las prisiones argentinas.

En los dos países la utilización de teléfonos celulares móviles por parte de los presos es ilegal y no ha podido ser neutralizado por los mecanismos usuales de requisa y control penitenciario.

En Argentina uno de los usos dados por los detenidos a esos aparatos es el de simular secuestros de personas. Una vez contactada la víctima, para liberar al supuesto familiar secuestrado, se le exige la compra de tarjetas telefónicas y la enumeración de las claves de uso. En las cárceles de Argentina el “crédito telefónico” obtenido de esta manera es muy valorado por los detenidos que pujan por contar con ese recurso para mantener comunicación fluida con el exterior de la prisión.
En cambio, en España, la atención sobre el uso ilegal de los teléfonos celulares en las prisiones comenzó después que las direcciones penitenciarias tomaran conocimiento de llamados realizados a mujeres para amenazarlas, a través del aparato telefónico celular, con malos tratos por parte de ex parejas encarceladas u otros detenidos.

Fuentes relacionadas con la prisión de Valladolid reconocieron que el uso de este tipo de tecnología había crecido en los últimos años, "y de hecho es prácticamente imposible detectar la entrada de los móviles".

La característica de que la mayoría de los equipos de telefonía móvil tengan componentes plásticos dificulta que se dispare la alarma cuando la persona pasa por el arco detector de metales, explican las autoridades carcelarias.

La presencia de enchufes eléctricos en las celdas, y el hecho de que se pueda cargar crédito telefónico mediante tarjetas o, en España, a través de llamadas a la operadora, inducen y facilitan el uso de estos equipos.

Enteros y desarmados
Los funcionarios han percibido que la modalidad con la que entran los teléfonos a las cárceles es mediante dos vías. Por un lado, a través de las visitas de familiares de los internos, o cuando se autorizaba el “vis a vis”, que impide que se pueda cachear al visitante cuando ingresa a los recintos carcelarios. La ausencia en los encuentros de un funcionario de vigilancia, facilita la introducción de los móviles.

El segundo sistema advertido por el personal penitenciario utilizado para introducir los teléfonos en las prisiones es el de ocultarlos en alguna de las partes del cuerpo del recluso que regresa de un permiso, o de un familiar que acude a visitar a los internos. “Los introducen por piezas y se ha llegado a localizar hasta baterías en el ano”, puntualizó un empleado de la prisión de Valladolid.

Los inhibidores y el perjuicio para la vecindad
La aplicación del nuevo sistema de incomunicación telefónica mediante inhibidores de frecuencia afecta también a las viviendas vecinas donde residen algunos de los funcionarios de la prisión de Valladolid, lo que ha resultado en cierto malestar de las familias que por la medida preventiva quedan incomunicadas.

Esta circunstancia se trata de resolver mediante la limitación de la longitud de frecuencia de inhibición que se aplica. La reducción de la cobertura de las operadoras afecta también a los propios funcionarios que trabajan en las oficinas y se amplía a las zonas del aparcamiento.

¿Este mecanismo será la solución para neutralizar el uso ilegal de teléfonos móviles dentro de las cárceles? España pronto lo dilucidará.

Y por lo antes relatado, las autoridades penitenciarias argentinas deberían estar interesadas en obtener información sobre la eficacia de la medida ya impuesta en la Madre Patria.


Fotografía: fachada de la cárcel española de Valladolid.