viernes, septiembre 19, 2008

La cárcel -su morbo- al extremo: sitio web vende pertenencias de asesinos

Es una industria incipiente, inédita e insólita que al parecer tiene potencial como para crecer y dar de vivir a algunos en los Estados Unidos: la venta de objetos personales y hasta recuerdos de asesinos, que son requeridos por fanáticos de las "estrellas pop" de los pabellones de la muerte de ese país.

Brookey West sumergió a su madre muerta en un tacho de basura y la dejó en un depósito hasta que sus restos fueron descubiertos por alguien que no pudo soportar el olor. West negó haber matado a su madre, pero el jurado no le creyó: fue sentenciada a cadena perpetua por asesinato.
¿Le interesaría comprar algunos pedazos de las uñas de Brookey? Ofrece un título en un sitio web. Y West es una miembro de la espeluznante y morbosa lista de asesinos cuyas pertenencias se vuelven objetos de colección.
Los recortes de uñas de la mano derecha de West se venden a 19.99 dólares, ¡sin costo de envío a todo el mundo!!!, en el sitio que también vende las obras de arte de la misma reclusa: prisonboundserialkillers.com.
Criminales condenados cuyos objetos personales -sus manualidades o artesanías, cartas, fotografías y los más variadas pertenencias- son buscados y atesorados por fanáticos que admiran a los habitantes de los estremecedores pabellones de la muerte de las cárceles norteamericanas.
El dueño del sitio, llamado Randall, comenzó a vender estos raros objetos hace unos ocho meses y es uno de los primeros coleccionistas en llevar al mercado los recuerdos y objetos personales de los asesinos encarcelados.

Asentado en Massachusetts, exhorta a sus clientes a "tratar de obtener los mejores precios", por estos objetos. También les recuerda ser "malvados las 24 horas de los siete días de la semana". Cosas del país más avanzado del mundo: por lo visto también en esto del morbo y bizarría.

Randall señaló que vendió un dibujo de Jesús realizado por un asesino encarcelado en 175 dólares, aunque concedió que poca gente ha preguntado por las uñas en venta. También existe el segmento de personas que le piden elementos específicos, que debe buscar entre los encarcelados.
Al igual que la mayoría de los que reciben cosas desde adentro de las cárceles, obtiene su “mercadería” a través de la correspondencia con el asesino.

No es la primera vez que un criminal es el protagonista de un comercio. Otro sitio web de recuerdos y objetos personales de asesinos tenía a la venta fotografías de Michael Strohmeyer, arrestado hace 10 años por violar y asesinar a una niña de siete años en el baño de un casino en Primm, Nevada.

Randall también vende cosas de Strohmeyer; tiene un pedazo de papel de la cárcel con la firma de Strohmeyer y lo vende a 3.99 dólares. Y contra lo que se puede pensar, Randall no acusa remordimiento por su extraña forma de ganarse la vida. "No me siento mal, no creo que esté haciendo nada malo", dijo. "Algunas personas coleccionan tarjetas de béisbol. A mi me gusta coleccionar material de casos de alto perfil", dice con desparpajo.

Cuando el departamento de Correccionales de Nevada examinó el sitio que vende los artículos de Strohmeyer, los oficiales penitenciarios concluyeron que no podían hacer nada para impedirlo. Algunos estados han aprobado leyes para prohibir la venta de artículos de ese tipo, pero no es el caso de Nevada.
Y la ley vigente destinada a evitar que los asesinos saquen provecho de vender sus historias, fue anulada hace años, luego que la Suprema Corte determinara que era una violación a las protecciones de libertad de expresión.

Randall comenzó a comunicarse con West desde hace dos años. En ese tiempo han llegado a conocerse, y West siempre ha mantenido su inocencia. Siempre ha insistido en que no asesinó a su madre. ¿Pero la metió dentro de un bote de basura? Seguro, ni siquiera su abogado defensor lo negó. ¿Pero acabó con la vida de su madre? No.
Claro, la inocencia reduciría el valor de la obra de West; por lo que cuando se le pregunta a Randall si cree en Brookey, su respuesta es muy simple: "no, para nada".
Foto: prisión de Huntsville, en los Estados Unidos, célebre por incluir un pabellón de la muerte.