jueves, febrero 07, 2008

Piensan un servicio penitenciario "operado por civiles" en Chubut, Argentina


Chubut, en la Patagonia argentina, crearía un servicio penitenciario “operado por civiles” informó la directora de Políticas Penitenciarias de la provincia, Carlota Marambio. “Pretendemos que el Servicio Penitenciario Provincial sea lo mas parecido a un servicio civil, la concepción que tenemos del perfil penitenciario es de una persona profesional que brinde un acompañamiento en lo que sea al trato y al tratamiento de la persona privada de su libertad” explicó la funcionaria.

El proyecto descarta el uso de personal policial ya que, según Marambio, “hay una contradicción fragante(sic) porque la policía reprime, persigue y ayuda a la detención delictiva y luego tiene que cuidar al preso, tratarlo humana y dignamente como personas que tiene muchos derecho como gozar de buena salud, estar educado y trabajar. Esto tiene que estar garantizado por un profesional que sepa hacerlo, que no le tema, que no se enfrente de igual a igual, que no tengan mutuo resentimiento que antes lo detuvo y ahora lo tiene que cuidar y para evitar todo esto es necesario separar un servicio penitenciario de lo policial”.

La iniciativa se gesta no más allá de un contexto de prueba error. Sensibiliza cualquier concepción de gestión carcelaria que proclame un trato y tratamiento a los presos basado en el convencimiento propiciado por profesionales no uniformados “que sepan hacerlo”, como sostiene la directora de Políticas Penitenciarias del Chubut.

Sin embargo, la cárcel no se sensibiliza con este tipo de proclamas. La cárcel no es una escuela, ni un taller, ni un club: es lo que es, una cárcel. Donde quienes están detenidos no quieren estar y repudian el ámbito y el trance por el que atraviesan. Donde los reclusos desconfían totalmente de “la policía” que los retiene, sea o no uniformada. Donde no son pocos los presos que descartan la oportunidad que la cárcel, cuando el sistema lo contempla y financia, ofrece de estudiar o trabajar. Esto es la cárcel más allá de las buenas palabras e intenciones.

Para que se trasforme en penitenciaría, una cárcel tiene que tratar -con trato y tratamiento- que los presos comprendan el sentido de las leyes, esto es en síntesis la resocialización o readaptación social que es el objetivo del penitenciarismo bien entendido.

Para tratar con trato y tratamiento a los presos, la mejor penitenciaría necesita una base mínima y vital para cumplir su misión: ser segura para el personal -civil o uniformado- y para los detenidos. A partir de esta base de seguridad se asientan las acciones de trato y tratamiento de los presos y, sin esa seguridad elemental, vital, no hay posibilidad de tratar a los alojados. Esto es claro e indiscutible en los mejores sistemas penitenciarios del mundo.

El Chubut, a través de los dichos de su directora de Políticas Penitenciarias del Ministerio de Gobierno y Justicia a los medios periodísticos, con su propuesta de cárceles con “perfil penitenciario de un profesional que brinde un acompañamiento” al detenido, deja entrever que apuesta a la prueba y error para medir los riesgos y para avanzar hacia un ideal teórico casi inviable.

Porque el riesgo existe en la cárcel y para contrarrestarlo se necesita seguridad y decisiones rápidas que aborten males generalizados: es la base que puede proporcionar el personal penitenciario experimentado en gestionar una penitenciaría, guste o no guste este discurso por políticamente incorrecto. El proyecto chubutense parece no tener en cuenta esta plataforma operativa mínima.

En cuanto al trato y tratamiento de presos: la misión de la cárcel no pasa esencialmente por acompañarlo como sostiene Carlota Marambio, la esencia es convencerlo de que hay alternativas mejores para él y su familia que la violación de las leyes. Y se presenta inviable, por lo costoso, gestionar con profesionales experimentados en conductas conflictivas, el “acompañamiento” a los detenidos en un número adecuado. ¿O calcula la directora reducir el desempleo de profesionales provinciales -que afecta en primer lugar a los inexpertos- incorporándolos a los planteles carcelarios? Otro riesgo no sólo para los bolsillos de los contribuyentes, sino para el mejor cumplimiento de la misión de la cárcel de readaptar socialmente.

Marambio viajará en los próximos días a Europa para interiorizarse del funcionamiento de las cárceles en los países avanzados. Retornará con una sugerencia coincidente que nada tiene que ver con lo políticamente correcto o incorrecto, tampoco con los prejuicios ni con lo romántico: gestionada por civiles o uniformados, que la cárcel sea segura para bien de todos con personal preparado para proporcionar esta premisa elemental de funcionamiento.

En cuanto al trato y tratamiento de los detenidos el consejo será: ya sea supervisado por profesionales o por operadores terapéuticos, deberá contemplar un sistema de premios para incentivar a quien tiene interés en superarse y aceptar el imperio de la ley.

El proyecto provincial
En diálogo con medios de la provincia la directora de Políticas Penitenciarias del Ministerio de Gobierno y Justicia de Chubut, Carlota Marambio, confirmó que el futuro Servicio Penitenciario provincial será lo más parecido a un servicio civil y serán profesionales, psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales y médicos los que brindarán atención a los presos. La figura se asemeja mucho a la de un asistente social, al de la justicia, a la de un docente que a la de un policía”, indicó Marambio.

“Desde 2006 empezamos a trabajar en el armado del Servicio Penitenciario provincial, con el estudio de leyes nacionales e internacionales, buscamos modelos en las provincias, estudiamos legislación, mantuvimos reuniones con profesionales especializados la ley Nº 24.660 que es la que rige el sistema de detención en las cárceles federales y que aún no tiene vigencia en la provincia.

Descartó que en el sistema penitenciario que proyecta la provincia los presos sean custodiados por policías, “van a ser penitenciarios, estamos trabajando en una preparación con el Ministerio de Educación para buscar la currícula más apta para la formación de los interesados, la capacitación se hará en un instituto superior como si fuera una escuela 800 donde se capacitan a los docentes, queremos que todos sean especializados para que ayuden al interno en mejorar sus condiciones y puedan salir aptos para reinsertarse en la sociedad”.

Asimismo aclaró que la seguridad externa del predio estará a cargo de policías, “aquellas personas que se salgan del sistema y que quieran traspasar el límite de la prisión habrá un cuerpo especial que no dañe pero que restrinja esa acción” señaló Marambio de manera por lo menos ambigua.

Regímen
Según propuestas que fueron aportadas por funcionarios nacionales “cada uno de los módulos será funcional al tratamiento y progresividad de la pena, una persona que esté catalogada para un perfil de máxima seguridad no puede estar equiparado en su régimen penitenciario con una persona que le falte seis meses para su libertad cuyo entorno deberá ser distinto, lo más parecido a la libertad” dijo Marambio.

Agregó que “habrá un módulo separado de máxima seguridad para aquellas personas que aún no han logrado contener su violencia y pueden ser peligrosa para si misma o para el resto de los presos. Esas personas necesitarán de un régimen más estricto y estarán acompañadas por un equipo técnico de profesional que ya lo estamos empezando a conformar con psicólogos, psiquiatras, docentes, asistentes sociales, médicos que puedan hacer una caracterización de las personas más allá de la condena, porque puede haber una persona con alta condena cuyo perfil no es de máxima seguridad”, señaló otra vez muy ambiguamente Carlota Marambio.

Explicó -lo que ya se hace por lo menos en las cárceles federales- que los penitenciarios deben incentivar a los internos en la educación y cultura, porque si a esas personas “el estado no le dio la oportunidad o el individuo no lo tomó para su educación, el tiempo carcelario debe ser aprovechado para la reflexión, para acceder a un estudio y que sea capaz de reinsertarse en la sociedad” concluyó.