sábado, febrero 14, 2009

Regímenes carcelarios re-recargados: para la polémica

Las cárceles del distrito de Manicoppa, en Arizona, Estados Unidos, existen. El director del sistema penitenciario del lugar o “sheriff”, también existe y es visible: se llama Joe Arpaio y su identidad y gestión están destinadas a trascender.

Aún en el país más poderoso del mundo, donde la democracia es más transparente que en otros sitios del planeta y donde la justicia es mucho menos cuestionada que en otros lados, Arpaio tiene las manos libres para conducir un régimen carcelario “duro” como él mismo lo reconoce. Ciertamente es dura la vida en las prisiones de Manicoppa. Este sheriff no se ruboriza ni oculta para administrar un régimen carcelario bien recargado.

Desde aquí lo que se conoce de las penitenciarías a cargo de Joe “el sucio” Arpaio, que está decidido a no construir más establecimientos sin que esto sea un contrasentido de su personalidad. Porque levantó un campamento carcelario de carpas para evitar que Arizona gaste millones de dólares en la construcción de un complejo carcelario nuevo.

Dejando de lado el escepticismo cuando es la prestigiosa agencia de internacional de noticias Associated Press la que informa, por las temperaturas de hasta 43° en el campamento de carpas rodeado de alambres de púa, los 2 mil presos alojados fueron autorizados a quedar en calzoncillos color rosa provistos por el gobierno, sin que por esto los internos dejaran de quejarse: “esto es el infierno, estamos adentro de un horno, es inhumano”.

Arpaio no dudó en responderles que “tenemos entre 48 ºC y 54 ºC en Irak, nuestros soldados allí también viven en carpas, caminan todo el día bajo el sol cargados con sus pertrechos de guerra, encima les disparan y ellos no cometieron ningún crimen, de modo que cállense la boca”.

Por otro lado, el sheriff redujo el costo de la vianda de comida a 30 centavos de dólar cada una, pero les cobra a los presos su comida asegura la información recibida.

Asimismo, prohibió fumar en la cárcel, también las revistas pornográficas y el cinematógrafo sólo muestra películas de argumento ultraliviano.

Decomisó las máquinas del gimnasio y los elementos de levantamiento de pesas argumentando que los internos “están en la cárcel para pagar una deuda con la sociedad, no para criar músculos y asaltar a gente inocente cuando dejen la prisión”.

Obsesivo, cortó la televisión por cable hasta que la Corte Federal le impuso cumplir la norma que exige proveer ese servicio en las cárceles. Entonces volvió a conectar la televisión por cable, pero sólo permitió el canal Disney y el meteorológico. Cuando le preguntaron por qué seleccionó el canal meteorológico, dijo: “así lo presos sabrán como estará el tiempo cuando trabajen en mis cuadrillas encadenadas”.

Eliminó el café porque, sostuvo, tiene un valor nutritivo nulo y por eso es un derroche de dinero de los contribuyentes. Cuando los reclusos protestaron, contestó “esto no es el –hotel- Ritz Carlton; si no les gusta, no vuelvan”.

Creó las cuadrillas encadenadas para que los internos hagan trabajos municipales y los contribuyentes ahorren dinero de mano de obra. Paso seguido implementó las cuadrillas encadenadas de mujeres, …para que no lo acusen de discriminación.


Arpaio obliga a los presos a su cargo a vestir de rosa y dice públicamente a quien lo quiera oír: “Los condenados deben ser castigados y no vivir con lujos hasta la libertad, para que salgan a cometer más crímenes y volver a la cárcel para vivir a costa del contribuyente disfrutando de cosas que los mismos contribuyentes no pueden costear para sí”.

Un último dato: Joe "el sucio" Arpaio fue reelecto otra vez como sheriff por la comunidad de su distrito.

Después de leer esta nota, es de esperarse la polémica: Prisiones y Penas recibe mensajes sobre esta información de sus lectores en prisionesypenas@gmail.com