Escándalo por sobornos en Miami envía jefe de prisiones... a prisión
El ex jefe de prisiones de Miami, James Crosby, se declaró culpable de aceptar sobornos de hasta 130,000 dólares pagados por un proveedor de comidas para las cárceles y, aunque enfrenta un máximo de 10 años de prisión y 250,000 dólares en multas, espera rebajar el monto de resarcimiento a 130,000 dólares y bajar la condena a sólo un año en la cárcel por aportar "cooperación sustancial" para desentrañar la trama completa de la corrupción.
El acuerdo de Crosby con la fiscalía, en el que se implica a sí mismo y a un ex jefe de la prisión del norte de la Florida, Allen Clark, se conoció antes que autoridades federales y estatales anunciaran el procesamiento de otros siete oficiales del tercer mayor sistema penitenciario del país.
Se han presentado cargos contra veintiún ex agentes del Departamento Correccional por distribución de esteroides, latrocinio, mal empleo del trabajo de los prisioneros, contratos cuestionables y violencia asociada con borracheras.
Según el acuerdo de culpabilidad de Crosby, él y Clark se aliaron con un empresario para lograr que la red penitenciaria de Keefe contratara a un proveedor de meriendas para las prisiones.
Aunque éste no aparece nombrado en los documentos judiciales, se realizaron allanamientos en la firma American Institutional Services (AIS), cuyo titular habría colaborado en campañas políticas de aspirantes a la gobernación del estado se detalló.
Según la información difundida por el diario y portal de internet de “El Nuevo Herald” de Miami, a cambio de lograr el contrato para AIS, Clark y Crosby planearon repartirse casi el cuarenta por ciento del millón y medio de dólares de las ganancias que se obtendrían.
El acuerdo judicial firmado por Crosby para reducir su condena dice que los pagos eran recibidos en efectivo por Clark, que le pasó parte del dinero entre noviembre del 2004 y agosto del 2005, cuando Clark renunció.
Pero Clark siguió cobrando hasta febrero, cuando el gobernador Jeb Bush despidió a Crosby, de acuerdo con los documentos de la corte. Clark y Crosby enfrentan un máximo de 10 años de prisión y 250,000 dólares en multas, pero esperan aportar "cooperación sustancial" para rebajar la multa a 130,000 dólares y pasar sólo un año en la cárcel.
"El señor Crosby quisiera disculparse con el gobernador, su familia y con los empleados del Departamento Correcional por lo que hizo", dijo su abogado, Steven Andrews: "ahora está actuando correctamente y entiende que debe pagar por sus delitos" remató el letrado.
Bush lamentó "la violación de la confianza pública y los abusos", cometidos por estos jefes de agencia. Crosby es el primer alto funcionario encarcelado por delitos federales graves bajo la administración de Bush. Clark, que firmó un acuerdo judicial semejante al de Crosby, no pudo ser localizado.
"Estos cargos son inquietantes, porque llegan a la jefatura del Departamento Correccional", dijo Paul Pérez, fiscal estatal de la Florida. Otros que enfrentan cargos por el escándalo son siete agentes correccionales y los fiscales federales dicen que podrían producirse más arrestos.
El sustituto de Crosby, Jim McDonough, se refirió con desprecio a la "podredumbre" que contaminó la agencia de cuya limpieza de la cual debe encargarse como prioridad desde la asunción de su cargo.
La investigación del escándalo en el sistema de prisiones de Miami fue realizado por Marc Caputo y Phil Long para el diario “The Miami Herald” de ese estado norteamericano.
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