Por los medios
Las cárceles federales llegaron a los titulares de los medios nacionales al finalizar enero por situaciones opuestas: mientras el sábado 28 “Clarín” brindó un reconfortante “Informe Especial” sobre los trabajos extramuros que realizan condenados alojados en la Unidad 14 de Esquel, cuatro días después los títulos policiales de diarios, radios y televisión reflejaron el drama de la riña entre presos en un pabellón de la disfuncional U.2 de Villa Devoto, que dejó como saldo dos muertos, nueve heridos y cuatro guardias contusos.
El “Informe Especial” de Clarín fue escrito por Carlos Prieto como enviado especial a Esquel, con el título “Condenados por delitos graves que buscan reinsertarse en la sociedad” y destaca que “algunos –presos- trabajan como barrenderos, contratados por la Municipalidad; otro en una carpintería y además estudia Derecho. La gente no cree que signifiquen un riesgo y casi todos los aceptan con naturalidad”.
La nota detalla las características de las labores que realizan fuera del penal y el nivel de absorción que los condenados alcanzan en la comunidad esqueleña. El trabajo periodístico es útil para acercar al masivo público porteño, el carácter más cercano de la relación de la cárcel con las instituciones y la gente que conviven con ella en una localidad del interior.
Sobre los trabajos de limpieza que realizan en las calles de Esquel los internos el resumen lo dio Eduardo Conesa, secretario de Obras y Servicios Públicos de esa ciudad: “no hay quejas de los vecinos por contratar presos; al contrario, en 2002 suspendimos los contratos por la crisis económica, y hubo protestas por falta de limpieza. Si alguno quiere seguir como barrendero cuando salga en libertad, no hay problema, ya se ha hecho” explicó el funcionario.
“Ni enterada estaba que eran presos, pero me parece bien que estén activos”, opinó la vecina Gabriela Sepúlveda; “está bien que les den trabajo, porque así dan un servicio a la comunidad y supongo que deben evaluar a quiénes dejan salir”, dijo por su parte a “Clarín” Daniela González, asistente social.
El periodista acierta cuando rescata un diálogo entre los presos-trabajadores en el que lamentan que al intentar contratarlos "los patrones se asustan por todos los trámites que tienen que hacer”. Ese comentario, probablemente inducido, tiene como contrapartida la palabra del dueño de un taller que explicó: “necesitaba un carpintero y un conocido que trabaja en la cárcel me recomendó a Pedro, así que hice los trámites, que tardaron casi tres meses. Es muy buen trabajador, va a seguir hasta que decida irse; es una buena opción darle trabajo a un detenido, en la zona es escasa la mano de obra, y además así se puede ayudar un poco” comentó Juan Carlos Villalba, dueño de la carpintería "Modelos" de Esquel.
Cuatro días después treparon a los títulos policiales de todos los medios la pelea entre presos del pabellón 3 de la Planta 1, plena “villa” de la Unidad 2 de Villa Devoto. Los títulos de las informaciones variaron en dramatismo: desde el neutro “Mueren dos presos en pelea en la cárcel de Devoto” que fue adoptado por varios medios, hasta el de “Baño de Sangre en Devoto” que usó “Crónica” el jueves 2 de febrero.
No obstante esta dispersión para titular el contenido informativo general giró en torno a lo expresado por el comunicado de prensa emitido por el Servicio Penitenciario Federal la tarde anterior y lo declarado a los medios por el Ministerio de Justicia.
“Prisiones y Penas” puede agregar a lo que señalaron las noticias que la gresca entre los presos fue asimétrica: en la puja por una cucheta, una “ranchada” –grupo de presos del pabellón- atacó armada de “facas” a otra desarmada, según pudo saberse. Los lectores advertirán a cuál de los dos grupos pertenecían los muertos y heridos.
También esta página conoció que los detenidos resistieron la intervención del personal penitenciario hasta ser reducidos y con este propósito regaron de aceite comestible los pisos de acceso al pabellón para dificultar el ingreso de los guardias entre los que hubo cuatro lesionados.
Buenos Aires, presos picapedreros
Por su parte el Servicio Penitenciario de la provincia de Buenos Aires (SERPENBA), llegó a “La Nación” el 4 de febrero con el trabajo que realizan presos de la Unidad 2 de máxima seguridad de Sierra Chica en la cantera que da nombre al lugar.
La nota fue realizada por María Baliño como enviada especial y señala que 80 reclusos “hoy, como hace un siglo, trabajan picando piedra en la cantera de Sierra Chica, a 350 kilómetros de la capital y doce de Olavaria”.
La información de “La Nación” puntualiza que la decisión de posibilitar a detenidos picar piedra fuera de la cárcel es una iniciativa de la Subsecretaría de Políticas Penitenciarias y Readaptación Social del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires, que pretende triplicar en el futuro el número de trabajadores.
Con 1600 internos Sierra Chica, tristemente célebre por el sangriento motín ocurrido en marzo de 1996, es la tercera cárcel más poblada de la provincia y la posibilidad de aumentar el número de reclusos trabajadores está relacionada con la obtención de la titularidad de las tierras por parte del SERPENBA.
"En épocas duras del país, las máquinas no se reparaban y las explotaciones se perdieron, explicó el titular del servicio, Fernando Díaz. "Vimos que activando la cantera, podíamos empezar a dar trabajo a muchos reclusos", agregó el funcionario convencido que el trabajo en la cárcel es buen recurso en la cruzada por mejorar las posibilidades de reinserción social de los condenados.
Explica el informe periodístico que los presos trabajan de 7 a 12 dentro de “un reforzado y altamente custodiado cerco perimetral –que- deja en claro los límites. El trabajo es a mazazos y los presos llegan a producir piedra para que funcione la trituradora del penal cada dos semanas.
En 1890 se inició la explotación de la cantera por los presos de la cárcel. Llegó a producir 90 mil toneladas anuales de piedra y más de 400 puestos de trabajo para los internos, lo que declinó hasta 2001 cuando la crisis clausuró el trabajo. "El piso de la catedral de La Plata está hecho con granito de Sierra Chica", comentan con orgullo los penitenciarios allí destinados.
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